El local consta de dos plantas, la planta superior o Planta Baja, con acceso desde los soportales de la Avenida del Acueducto, y la planta inferior o Planta Semisótano, con acceso desde calle Juan de Segovia.
La reforma supone el cambio de uso del local a restaurante. En la planta inferior se implanta una nueva cocina que debe dar servicio tanto al pequeño comedor de la planta inferior, como al servicio de comidas de la amplia terraza que de que debe servirse desde el establecimiento; que cuentas con privilegiadas vistas del acueducto. En planta inferior se ubican también los aseos y el vestuario de personal. La planta superior consta de bar, comunicado mediante escalera con la planta inferior; y de un office independiente que comunica con la cocina mediante montaplatos, y que permite dar el servicio de comidas de la terraza.
El proyecto resuelve el dilatado programa de forma eficaz, adaptándose a los muchos condicionantes del local: limitación de espacio, imposibilidad de modificar la escalera interna, ubicación de la zona del comedor y cocina de planta inferior bajo los soportales, usos diferenciados según la temporada estival verano-invierno, mantenimiento por imperativo de la ordenanza urbanística de huecos de fachadas y escaparates en planta inferior y superior, etc…
La idea de proyecto se basa en la creación en la planta inferior de un comedor lo más amplio posible a nivel de percepción espacial, tratando de dilatar el espacio en las tres direcciones del espacio: por un lado (eje y) mantener la transparencia con la entrada al comedor, por el otro lado (eje x) abriendo una ventana en la cocina para ampliar la profundidad del campo visual, y en la tercera dimensión (eje z) se propone dilatar el espacio verticalmente mediante el uso de las rejillas de ventilación existentes, para convertirlos en lucernarios a modo de pozos de luz natural, que ayudan a configurar el carácter singular del espacio.
Se busca establecer en el espacio principal, referencias a la cercana iglesia de San Clemente, joya desconocida del románico segoviano; y hacerlo en varios niveles:- desde el nivel espacial en el diseño del techo abovedado del comedor -hasta en los elementos decorativos, como en los trípticos con temática de San Clemente -o en detalles ornamentales, como paneles retroiluminados donde se representan algunos de los detalles más sobresalientes de los impresionantes frescos románicos de la iglesia de San Clemente.
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